El 21 de abril de 1898 se intensificaron las tensiones que llevarían a España a declarar la guerra a Estados Unidos, en un conflicto que estalló formalmente el 25 de abril.
La guerra hispano-estadounidense tuvo su origen en la lucha por la independencia de Cuba y en el hundimiento del acorazado USS Maine en La Habana, hecho que Estados Unidos utilizó como pretexto para intervenir. A pesar de la presión internacional y la superioridad militar estadounidense, España decidió enfrentar el conflicto para defender sus últimas colonias en América y Asia.
Esta guerra marcó el fin del imperio colonial español y el inicio de la expansión estadounidense en el Caribe y el Pacífico.