El Luna Park, un emblemático recinto ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, ha sido testigo de una gran variedad de eventos a lo largo de su historia, desde conciertos y espectáculos deportivos hasta reuniones políticas. Sin embargo, uno de los capítulos más oscuros vinculados al Luna Park se remonta a la década de 1930, durante el ascenso del régimen nazi en Europa.

En 1938, Argentina era gobernada por el presidente Roberto Ortiz, y aunque el país estaba oficialmente neutral en relación a la Segunda Guerra Mundial que se avecinaba, existían simpatizantes nazis entre la población argentina, así como también influencias políticas que permitieron la realización de eventos afines al régimen de Adolf Hitler.

Uno de los eventos más notorios y controvertidos fue un acto organizado por el partido nazi argentino en el Luna Park el 10 de abril de 1938. Este acto, conocido como el “Congreso de la Paz y la Libertad”, fue utilizado como plataforma para difundir la propaganda nazi y promover las ideas del Tercer Reich entre la población argentina.

El Luna Park, con su capacidad para albergar a miles de personas, proporcionó el escenario perfecto para este evento propagandístico. Durante el acto, se realizaron discursos que exaltaban la figura de Hitler y glorificaban las políticas del régimen nazi, así como se propagaban ideas antisemitas y racistas.

La realización de este evento generó un gran revuelo en la sociedad argentina y provocó protestas por parte de grupos antinazis y de la comunidad judía. Sin embargo, a pesar de las críticas y la oposición, el acto nazi en el Luna Park se llevó a cabo sin mayores contratiempos, evidenciando la influencia y el alcance de los simpatizantes del régimen de Hitler en Argentina en ese momento.

Este episodio histórico en el Luna Park sirve como recordatorio de cómo las ideologías extremistas pueden propagarse e influir en diferentes partes del mundo, incluso en países que aparentemente están alejados de los conflictos directos. Además, destaca la importancia de la vigilancia constante contra el odio y la intolerancia, así como la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.