El 6 de abril de 1974, el grupo sueco ABBA ganó el Festival de Eurovisión con la canción «Waterloo».
Este triunfo no solo catapultó a ABBA a la fama internacional, sino que también marcó un punto de inflexión en la historia del festival.
El Festival de Eurovisión, creado en 1956, había sido dominado por países como Francia e Italia. Sin embargo, la victoria de ABBA con «Waterloo» abrió las puertas a una nueva generación de artistas pop en el concurso.
La música de ABBA, conocida por sus melodías pegajosas y armonías vocales, se convirtió en un fenómeno global. Canciones como «Dancing Queen», «Mamma Mia» y «SOS» se han vuelto icónicas en la cultura popular.