Lo que debía ser una jornada de celebración deportiva se convirtió en una escena de horror.
El 15 de abril de 2013, durante la tradicional Maratón de Boston , dos explosiones sacudieron la línea de llegada en Boylston Street , dejando un saldo de 3 personas muertas y más de 260 heridas . Aquel día, el corazón de la ciudad latía al ritmo del deporte, la superación y la fiesta. Pero en segundos, todo se transformó en caos.
en mochilas cercahoras . La explosión .médicos . Entre lasLas bombas, colocadas en mochilas cerca del público, se estallaron con 12 segundos de diferencia, alrededor de las 14:49 horas. Las detonaciones alcanzaron a corredores, espectadores, voluntarios y médico personal. Entre las víctimas fatales se encontró un niño de 8 años, Martin Richard, cuya imagen con un cartel que decía “No más heridas a nadie” se volvió símbolo del dolor colectivo.
El atentado, perpetrado por los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev , de origen checheno, conmocionó a Estados Unidos y al mundo. Durante los días siguientes, se desató una intensa búsqueda que culminó con un tiroteo en el que Tamerlan murió y su hermano fue capturado herido. Dzhokhar fue condenado a muerte en 2015.
Más allá del horror, lo que siguió fue una impresionante muestra de resiliencia, solidaridad y coraje . La frase «Boston Strong» surgióEmergió como lema de la ciudad y del país, un grito de unidad frente a la tragedia. La maratón, suspendida momentáneamente, volvió con más fuerza al año siguiente, y desde entonces se ha convertido también en un homenaje a las víctimas y sobrevivientes.
A 12 años del atentado , la Maratón de Boston sigue corriéndose con un nuevo significado: ya no solo como una competencia deportiva, sino como un símbolo de resistencia, memoria y esperanza. Cada 15 de abril, los pasos que cruzan la meta no solo celebran el deporte, también rinden homenaje a quienes no llegaron.