La decisión del gobernador Axel Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales ha marcado un punto de inflexión en la política bonaerense.
Al fijar las elecciones para el 7 de septiembre de 2025, Kicillof ejerce la autonomía que le otorga su mandato, respaldado por la mayoría de los bonaerenses. Esta medida no solo profundiza las divisiones internas dentro del peronismo, sino que también obliga a la oposición a replantear sus estrategias electorales.
El desdoblamiento electoral significa que la oposición ya no podrá beneficiarse del efecto «violeta» o libertario que a menudo se asocia con las elecciones nacionales. Políticos como Diego Valenzuela, que en municipios como Tres de Febrero han construido su imagen en torno a una postura más liberal, deberán ahora demostrar su capacidad para atraer votos sin el impulso de una elección nacional concurrente. Esto implica que tendrán que enfocarse en propuestas locales concretas y en conectar con los electores de manera más directa.
La autonomía de Kicillof para tomar esta decisión refleja el respaldo que tiene entre los bonaerenses, quienes lo eligieron para liderar la provincia. Al desdoblar las elecciones, Kicillof ejerce su potestad como gobernador, lo que le permite priorizar los intereses locales por encima de las presiones nacionales. Esta decisión también pone en evidencia la capacidad de Kicillof para tomar decisiones políticas importantes sin necesidad de alinearse con los intereses de otros actores políticos.
Además, el desdoblamiento electoral podría llevar a la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), lo que obligaría a los partidos a definir sus candidaturas de manera directa. Esto podría generar tensiones adicionales dentro de los bloques políticos, pero también podría clarificar las opciones electorales para los votantes.
En resumen, el desdoblamiento electoral en Buenos Aires no solo es un golpe a la estrategia de la oposición, sino que también refleja la autonomía política de Kicillof y la necesidad de que todos los actores políticos se enfoquen en propuestas locales y en conectar genuinamente con los electores. La capacidad de la oposición para adaptarse a este nuevo escenario será crucial para su éxito en las urnas.