Aunque Hiram Bingham es reconocido mundialmente por redescubrir Machu Picchu en 1911, el 14 de julio de 1902 el agricultor cusqueño Agustín Lizárraga dejó una inscripción en la ciudadela inca, demostrando que ya conocía el sitio.
Este hallazgo reivindica la historia local y la presencia de pobladores que conocían el patrimonio mucho antes de la llegada de exploradores extranjeros.