La industria láctea se encuentra en estado de alerta porque debido a la recesión y la contracción de la economía, se desplomó el consumo de estos productos y podría ser el más bajo de la historia.
El consumo de lecha cayó 30% en lo que va de 2024 y, si continúa esta tendencia bajista en septiembre/octubre, podría llegar a niveles inferiores a los de la crisis de 1930.
En el caso de la carne, ya es un hecho que el consumo es el más bajo de los últimos 110 años. Desde 1915 no se tienen registros tan negativos para el sector.