EL CAMPO QUE APOYÓ A MILEI EN JULIO VOLVERÁ A TENER SUBA DE RETENCIONES

El gobierno nacional liderado por Javier Milei enfrenta una contradicción central en su política hacia el sector agropecuario.
Aunque llegó al poder con un discurso claro de reducción de impuestos, especialmente para el campo, anunció que a partir de julio se restablecerán las retenciones (Derechos de Exportación, DEX) que había bajado de forma transitoria a principios de año.
A principios de 2025, el gobierno decidió bajar temporalmente las retenciones a los principales cultivos —como soja, trigo, cebada, maíz, girasol y sorgo— con vigencia hasta el 30 de junio. Esta medida fue interpretada como un alivio fiscal para el sector, que esperaba una continuidad en la reducción impositiva.
Sin embargo, el presidente Milei anunció que esa baja es solo temporal y que a partir del 1 de julio se volverán a los niveles anteriores. Esta decisión generó malestar en el campo, que esperaba una política de reducción permanente de impuestos. Líderes rurales manifestaron preocupación por la falta de previsibilidad y la amenaza de un aumento impositivo que podría afectar la competitividad y la producción agropecuaria en el próximo ciclo.
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Discurso inicial de «menos impuestos, más trabajo» vs. decisión de subir retenciones: El gobierno y algunos ex integrantes del PRO que ahora apoyan a Milei han promovido un discurso de reducción impositiva para fomentar el empleo y la inversión. Sin embargo, la decisión de volver a subir las retenciones contradice esta línea, ya que implica un aumento de impuestos al sector productivo clave del país.
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Promesas de reducción permanente vs. medida transitoria: Aunque se planteó la baja de retenciones como un paso hacia su eliminación definitiva, el gobierno mantiene que la reducción es solo temporal y necesaria para cumplir con la meta de superávit fiscal. Esto evidencia un choque entre la retórica de alivio fiscal y la necesidad de mantener ingresos para el equilibrio fiscal.
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Presión sobre el sector y falta de diálogo: El anuncio abrupto y la advertencia para que el campo liquide sus granos antes de la suba generaron malestar y fueron interpretados como una presión poco constructiva, recordando prácticas políticas del pasado que el sector esperaba superadas.