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Esta efeméride celebra a Ladislao José Biró, el creador de más de 32 inventos, entre ellos la birome.

Cada 29 de septiembre se celebra en nuestro país el Día del Inventor, en honor a Ladislao José Biró. Este creador revolucionó por completo la manera de escribir: es el padre de la birome, entre otros numerosos inventos.

La fecha elegida es en honor al nacimiento de Biró, un 29 de septiembre de 1899 en Budapest, Hungría. La iniciativa de la conmemoración surgió en el año 1990 desde la Escuela Argentina de Inventores (EAI).

Quién fue Ladislao Biró

Ladislao José Biró fue un hombre incansable, conocido por haber desarrollado una gran cantidad de inventos, entre los cuales se destaca la famosa birome. Con más de 32 patentes registradas, este húngaro nacionalizado argentino fue un pionero de los emprendedores.

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Biró nació en Budapest el 29 de septiembre de 1899 en el seno de un hogar humilde. Vivía con sus padres y su hermano. Desde pequeño manifestó una gran curiosidad por indagar en aquellas cuestiones que le interesaban. Al terminar sus estudios en la escuela, comenzó a trabajar como periodista y luego como editor en un periódico local, profesión que continuaría en Argentina.

Durante su vida y además de la birome, Biró inventó una máquina automática de lavar ropa, la caja de cambios automática, un perfumero que poseía el mismo principio de la birome y que después se utilizó en los desodorantes a bolilla, una cerradura inviolable e, incluso, desarrolló el principio del sistema electromagnético que se aplicaría en el tren bala japonés medio siglo después. Después de una vida dedicada a los inventos, murió el 24 de octubre del año 1985, en la ciudad de Buenos Aires.

Ladislao Biró, inventor argentinoLadislao Biró, inventor húngaro nacionalizado argentino

El invento más famoso de Ladislao Biró

A este periodista de profesión no le gustaban las lapiceras de fuente o de pluma, tal como se llamaban, porque solían perder tinta o se atascaban sobre el papel. Luego de pensar mucho, junto con su hermano logró desarrollar una tinta que permitía un trazo más fluido. Pero tenía un problema: la tinta no se distribuía correctamente sobre el papel.

Sorpresivamente, la solución apareció ante sus ojos mientras paseaba por un parque. Allí vio a un grupo de niños que jugaba a la pelota sobre un charco de agua y observó que el balón mojado distribuía una fina capa de agua de manera recta y uniforme mientras rodaba. Otra versión indica que Biró se inspiró en el rodillo que se utilizaba para la impresión de los diarios y las revistas, que tiraba tinta sin manchar. De una u otra fuente, tomó la idea y la plasmó en la flamante lapicera. Y esa fue la clave del éxito de la birome: una bolita colocada entre el contenido y el aplicador.

El primer prototipo de bolígrafo ideado por Biró estuvo listo a finales de la década de 1930. Sin embargo, el contexto en Europa no contribuía para el desarrollo del invento. El ascenso del nazismo y la inminente Segunda Guerra Mundial impidieron la puesta en marcha de su producción. Pero un encuentro casual con Agustín Pedro Justo resolvería todos los problemas del inventor. El político argentino no solo animó a Biró a desarrollar su invento en Argentina sino que además lo ayudó a venir al país.

Instalados en buenos Aires, Ladislao y su amigo Juan Jorge Meyne crearon la empresa Birome, cuyo nombre surge de la unión de los dos apellidos. Desde el garage en que se encontraban, lanzaron al mercado el prototipo a un costo bajo. La esferográfica, tal como se la llamó en ese primer momento a la birome, hizo su entrada triunfal y el éxito estuvo asegurado.

Fuente de información: https://billiken.lat/

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