Un 30 de abril de 1886 comienza en la ciudad de Chicago (Illinois, EEUU) una huelga de trabajadores en demanda de una jornada laboral de ocho horas en lugar de las doce y hasta 18 que debían cumplir.
Todos los 1 de mayo se conmemora el día del trabajador en memoria de los obreros condenados a muerte y ejecutados después de la huelga del 1º de Mayo de 1886 realizada en Chicago (EEUU) en demanda de una jornada laboral de ocho horas diarias.