En un episodio que contrasta con las constantes afirmaciones del intendente Diego Valenzuela sobre la seguridad del municipio de Tres de Febrero, un delincuente fallecido recibió una despedida tumultuosa y violenta en el cementerio de Pablo Podestá. El hecho fue marcado por tiros, autos incendiados y destrozos a una moto, un entorno que se aleja del discurso oficial que presenta al municipio como una zona segura y controlada.
Desde la gestión municipal se resaltan operativos y medidas de prevención, con un cuerpo de seguridad municipal que recorre barrios, la instalación de destacamentos y un sistema de monitoreo con casi mil cámaras. Sin embargo, hechos como este y otros episodios delictivos reportados por vecinos ponen en evidencia los desafíos que persisten en materia de seguridad en el distrito, donde la sensación de inseguridad y las prácticas violentas no desaparecen.
Vecinos expresan preocupación y reclaman mayor presencia policial real y estrategias efectivas que garanticen la tranquilidad en las calles. Mientras tanto, el intendente Valenzuela continúa promoviendo acciones municipales con refuerzos en patrullajes y tecnología para la prevención, aunque la realidad vista desde las calles y cementerios parece narrar otra historia.