DEPORTISTAS ENTRE EL ÉXITO Y LA SILENCIOSA COMPLICIDAD CON EL SISTEMA CAPITALISTA

Foto A24

En el entrecruce entre deporte y política, son pocos los deportistas que se atreven a romper el molde y cuestionar el sistema capitalista predominante en el mundo. A pesar de que muchos provienen de barrios carenciados, una vez que llegan a la élite profesional y aseguran importantes ingresos, parece que olvidan sus orígenes y prefieren no salir del statu quo.

Recientemente, en Estados Unidos se organizó una gran reunión que reunió a destacados empresarios globales y figuras del deporte como Lionel Messi, Rafael Nadal, Carlos Moyá y David Nalbandian, entre otros. Este evento dejó en evidencia cómo el deporte, lejos de ser un espacio crítico o de resistencia, se ha convertido en una extensión del poder económico y político dominante.

Vale la pena recordar que hubo una época en la que algunos deportistas elegían la rebeldía como forma de protesta y compromiso político. Diego Armando Maradona, con sus críticas abiertas al imperialismo y sus posiciones controversiales, o Eric Cantona, con su icónica declaración contra la sociedad y el sistema, representan ejemplos claros de esa actitud desafiante y disidente.

Hoy, esa postura es cada vez más escasa. La mayoría de los protagonistas prefieren la comodidad de la neutralidad, y en muchos casos, la complicidad con un sistema que reproduce desigualdades. ¿Por qué sucede esto? ¿Es la profesionalización y el dinero lo que los amordaza? ¿O se trata de un reflejo de la lógica dominante que condiciona todas las esferas sociales, incluido el deporte?

La cuestión invita a la reflexión. En un mundo que demanda más visibilidad de las luchas sociales y solidaridad, el papel de los deportistas como referentes públicos podría ser clave para cuestionar estructuras injustas. Pero para eso, deben volver a animarse a salirse del guion, recordando que su voz tiene peso más allá de la cancha.

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