La heterodoxia advierte sobre una economía que se hunde en el fondo del mar y los ortodoxos machacan con el cepo cambiario.
La fragilidad del programa del ministro Luis Caputo, reflejada en la turbulencia financiera de estos días, es motivo de dardos envenenados que parten desde todo el arco ideológico de la economía, desde Martín Guzmán hasta Orlando Ferreres.
La escalada del dólar blue se da en un contexto de venta de reservas por parte del BCRA en junio a raíz de la creciente incertidumbre cambiaria. También la brutal recesión de la economía levanta inquietud. Todo esto, a pesar del buen momento político del Ejecutivo por la aprobación de la Ley Bases, la semana pasada en el Congreso.
El último viernes, en un intento de enviar una señal ortodoxa hacia los mercados, se lanzó un canje de títulos emitidos por el Banco Central en poder de los bancos por papeles del Tesoro cuyos vencimientos deben pagarse con superávit fiscal.
Críticas
El exministro de Economía, Martín Guzmán, consideró que “las medidas del día viernes van a ser más recesivas”. Anticipó que una recesión mayor impactará en los ingresos del Estado “porque recauda menos, hay menos actividad económica y hay menos IVA. Para el mercado, la política de Milei está agotada”.
Por su parte, el ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, planteó que “lo que el mercado percibe es que el plan económico no funcionó. En abril decían que ya estaba todo resuelto y las mismas contradicciones dentro del plan económico generan incertidumbre. El planteo de este Gobierno es que todo se arregla con un ajuste fiscal. Pero, si no tenés financiamiento ni reservas, está quedando claro que esto no funciona de esta manera. Es una economía que está buceando en el fondo del mar que provoca un agravamiento en la situación porque es un problema de concepción en su conjunto: este sistema así como está, está mal”.
Del otro lado de la biblioteca, el economista Orlando Ferreres dijo que “el viernes se anunció una especie de plan Bonex para los bancos, con otro tipo de nombre pero se pasa deuda del BCRA al Tesoro. Eso es lo que no gustó a los mercados. El Gobierno pensó una mejor reacción con la salida de la ley Bases y el Paquete fiscal. No salieron muy contentos los bancos al ver que era una obligación ineludible”.
Por su parte, el economista Fausto Spotorno, cercano a Milei, indicó que “el Gobierno salió con un anuncio el viernes a la noche cuando el mercado esperaba algo más. Fue un anuncio muy técnico. La medida no está mal, es correcta, pero muy técnico. Fue un muy mal anuncio, de una medida que no está mal, pero podía hacerse con un comunicado del BCRA. Se infló el tema del anuncio y después fue un tema muy técnico”, al tiempo que reconoció que “es cierto que hay una ansiedad sobre el cepo cambiario”.
Pero además, Spotorno apuntó a temas de fondo: “hay muchas empresas que tienen que planificar sus vidas y están preocupadas por cómo sigue. El mercado ve que desde mediados de mayo la brecha no se está achicando y las reservas suben muy poco. Entonces hay escenario para que se pongan más nerviosos. El camino para salir del cepo con las reservas subiendo y la brecha achicándose es un camino claro, yendo para el otro lado las dos variables empieza a verse la tensión entre el sector privado que necesita salir del cepo y el Gobierno que no puede. Y la tensión es más dramática”. También advirtió sobre la caída de la recaudación impositiva de 14 puntos en junio.
Otra vez, cepo
Dos economistas que no pueden ser acusados de heterodoxos como Carlos Rodríguez y Roberto Cachanosky criticaron al Gobierno por su falta de coraje en levantar el cepo cambiario. “Para salir del cepo no hacen falta dólares, hace falta generar confianza en el plan económico. Algo que hoy no existe: ni plan, ni confianza. La pregunta que hay que formularse es: ¿qué es más costoso, seguir con el cepo hasta Dios sabe cuándo y acumular más atraso cambiario o salir del cepo antes que se amplíe más la brecha?”, escribió Cachanosky en su cuenta de X.
Rodríguez señaló que “la mejor manera sostenible de acumular dólares para pagar la deuda externa pública es: mercado único, libre y flotante de cambios. El gobierno compra dólares con superávit fiscal. El Banco Central (BCRA), independiente del Tesoro, se atiene a una regla de expansión de Base Monetaria no remunerada y no interviene en la determinación del tipo de cambio o la tasa de interés”.
De acuerdo a Todd Martínez, jefe de analistas soberanos de la calificadora de riesgo Fitch Ratings, “las ganancias que logró el gobierno inicialmente con el ajuste fiscal y la suba de las reservas deben ser sustentables; hay que avanzar en el levantamiento de cepo para crecer”.
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