La colaboración entre municipios y la provincia de Buenos Aires se consolida como eje estratégico para enfrentar crisis económicas y asegurar políticas públicas esenciales.
En San Martín, el director del Servicio Alimentario Escolar (SAE), Juan Sorrentino, entregó equipamiento de cocina a 30 instituciones educativas mediante el programa provincial, destacando el compromiso de la gestión de Axel Kicillof con la alimentación escolar bonaerense.
Sin embargo, esta sinergia no es uniforme. En Tres de Febrero, el intendente Diego Valenzuela adopta decisiones autónomas que, según denuncias, generan confusión entre los vecinos. Al no dialogar con la provincia por «cuestiones ideológicas», se limita el acceso a recursos y programas provinciales, lo que podría interpretarse como discriminación cuando en realidad refleja una falta de coordinación local.
La experiencia de San Martín muestra que la articulación entre niveles de gobierno permite superar obstáculos financieros y priorizar a la comunidad educativa y trabajadora. Frente a contextos de ajuste, la cooperación intergubernamental no solo optimiza recursos, sino que evita que prejuicios políticos afecten derechos básicos. Como señala el ministro Andrés Laroque, «continuamos invirtiendo en mejorar la alimentación de los estudiantes bonaerenses», demostrando que la unidad institucional es la herramienta más efectiva para proteger a los sectores más vulnerables.