COMPROBADO: JOSÉ LUIS ESPERT RECIBIÓ US$200.000 DE UN EMPRESARIO NARCO DETENIDO EN ESTADOS UNIDOS
Un informe judicial en Estados Unidos reveló que José Luis Espert recibió fondos y apoyo logístico del empresario Alfredo “Fred” Machado, detenido por narcotráfico. La defensa del diputado de La Libertad Avanza quedó enredada en contradicciones que exponen la fragilidad ética del oficialismo.
El vínculo financiero entre Espert y Machado, que incluye dinero, aviones y camionetas, no solo ensucia la figura del diputado libertario, sino que también golpea la credibilidad del gobierno de Javier Milei, que intenta mostrarse como adalid de la transparencia mientras se rodea de personajes sospechados de delitos graves.
La política argentina vuelve a quedar expuesta en uno de sus puntos más débiles: la relación entre financiamiento electoral y dinero manchado. Un informe judicial proveniente de Texas reveló que José Luis Espert, actual diputado de La Libertad Avanza, recibió una transferencia de 200.000 dólares en 2020 de parte de Alfredo “Fred” Machado, empresario detenido en Río Negro y con pedido de extradición a Estados Unidos por narcotráfico y fraude.
Los documentos judiciales no dejan lugar a dudas: la operación quedó registrada en la contabilidad de un fideicomiso que Machado compartía con su socia Debora Lynn Mercer-Erwin, ya condenada a 16 años de prisión por tráfico de drogas. Además del dinero, Espert se benefició de vuelos en un avión privado y del uso de una camioneta Grand Cherokee, recursos provistos directamente por el empresario ahora encarcelado. El vínculo no es casual ni pasajero. Se remonta a 2019, cuando Espert presentó su libro La Sociedad Cómplice en Viedma, ocasión en la que agradeció públicamente el apoyo de Machado.
Frente a la contundencia de las pruebas, el diputado ensayó una defensa pobre y contradictoria. Ante las cámaras de TN, redujo todo a una supuesta “campaña sucia del kirchnerismo”, como si la justicia de Estados Unidos fuera parte de una operación partidaria local. Intentó despegarse de la figura de Machado alegando desconocimiento de sus actividades ilícitas, y llegó a declarar: “Si hubiera sabido no le agradecía a los cuatro vientos”. La frase, lejos de exculparlo, muestra la liviandad con que un dirigente aceptó apoyo financiero y logístico sin mínima verificación de quién estaba detrás.
El caso, más allá de lo judicial, desnuda un problema político mayor. Mientras Javier Milei se llena la boca hablando de la “casta” y de la pureza libertaria, uno de sus principales aliados aparece atado a un empresario narco. La contradicción es brutal. ¿Cómo puede un gobierno que se autoproclama enemigo de la corrupción y defensor de la transparencia tolerar semejante mancha en su propia tropa?
Espert busca minimizar la gravedad del asunto señalando que todo es viejo, que viene de 2021 y que se repite como un disco rayado. Pero lo que realmente se repite es la historia de dirigentes que aceptan dinero sin preguntar demasiado, siempre con el mismo argumento: la ignorancia. El problema es que la ignorancia, en política, no es inocencia.
La denuncia formal será presentada por Juan Grabois, pero más allá de quién la impulse, los hechos están documentados. Y mientras tanto, el gobierno de Milei queda otra vez atrapado en su propio discurso: declama luchar contra las mafias, pero convive con aliados que no pueden explicar de dónde salió el dinero que los sostuvo en campaña.
El escándalo Espert-Machado no es un episodio aislado ni un simple error de cálculo. Es la evidencia de un sistema político que, bajo la retórica libertaria, sigue bebiendo de las mismas aguas turbias que dice combatir. Y eso, en un país atravesado por la violencia narco, debería encender todas las alarmas.
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