Colón y Talleres se enfrentan en el Estadio Brigadier López por la jornada 13 del Grupo A de la Copa LPF.
El conjunto dirigido por Israel Damonte está peleando la permanencia y necesita imperiosamente la victoria.
El Sabalero sorprendió a la T en el amanecer del partido con dos baldazos de agua fría. Salió a jugarlo como lo que era: una final por la permanencia. Incentivado por el aliento de su público, se llevó puesto al conjunto cordobés. Tras una buena proyección de Gian Nardelli y una mejor asistencia de Wanchope, el volante colombiano la empujó con el arco vacío. Y no lo dejó ni recuperarse de ese golpe. A los pocos minutos, cayó el segundo. Esta vez, tras una gran resolución individual del ex Boca y Huracán.
El encuentro fue perdiendo el alto voltaje del arranque, claro está. Era insostenible el empuje y la furia del Negro durante toda la etapa inicial. De esta manera, se fue acomodando la visita en el juego. Avanzó en el terreno y cortó todos los circuitos de su rival. Inclusive, Matías Ibáñez tuvo que aparecer para defender el cero.
Sin tanta claridad, pero con actitud y garra de sobra, los santafesinos manejaron los tiempos del partido. Uno de los sorprendentes goleadores en esta temporada apareció para concretar el tercero. Porque así fue el juego de Colón. Llegar y convertir. No perdonar. Y Galván no perdonó.
Desconcertado, abrumado por la goleada, casi con la derrota consumada, la T no volvió a encontrar su juego en ningún momento. Apenas algún arresto individual de Rodrigo Garro o algún disparo aislado amagaron con un lejano descuento. Nada le salía a los de Gandolfi. Ni siquiera a una de sus figuras, que regresó para este partido, Ramón Sosa.
Sobre el final, la visita se quedó sin piernas y el Negro, crecido en ánimo y confianza, estuvo mucho más cerca de coronar una histórica goleada que de recibir el descuento. El colombiano Perlaza creció como figura del partido y casi concreta su doblete.