Sergio Checo Pérez: el señor de las calles de la Fórmula 1 se hizo dueño de Bakú.
El piloto mexicano ganó el Gran Premio de Azerbaiyán y suma dos triunfos en el año; de los seis éxitos en el Gran Circo, cinco resultaron en trazados urbano.
Las carreras son de autos y de pilotos, pero en ocasiones el destino ensaya guiños a unos y deja vacíos a otros. El Gran Premio de Azerbaiyán, la cuarta estación del calendario de la Fórmula 1, resultó otra muestra de cómo un incidente en la pista desacomoda las fichas en el tablero, destruye estrategias, ratifica la ilusión de quien estaba en situación de pulsear por la victoria… Sergio Checo Pérez estableció un pleno en Bakú: se adueñó de las dos competencias del fin de semana, al ganar la carrera principal y también la Sprint, para convertirse en el primer piloto en repetir su nombre en lo más alto del podio desde que el Gran Circo se estrenó en el país rodeado por el mar Caspio y las montañas del Cáucaso.
Las victorias ratifican que los trazados urbanos se ofrecen como la especialidad del mexicano, que ganó seis veces en 239 grandes premios: cinco de los triunfos los registró en circuitos callejeros y de modo consecutivo, desde su debut triunfal con Red Bull Racing, en 2021, en este mismo escenario. Los 33 puntos que cosechó lo empujan a soñar con la gloria eterna, aunque a la temporada le resta mucho hilo: con 87 unidades es el primer escolta –a seis puntos- de su compañero de equipo y bicampeón, Max Verstappen.
Resumen de la carrera por ESPN.
Cuatro grandes premios y dos victorias para cada uno de los pilotos de Red Bull Racing reflejan el amplio dominio que ejecuta la escuadra de Milton Keynes sobre el resto. Bakú no resultó una excepción, aunque Charles Leclerc haya demostrado que a una vuelta la Ferrari puede ser tan buena como los autos que diseña el ingeniero Adrian Newey y son impulsados por Honda. Velocidad de punta, una ventaja adicional que el DRS ofrece ante los demás competidores, la suspensión delantera que le posibilita viajar más planchados que los rivales y, en particular, la gestión de la degradación de los neumáticos le dan forma al conjunto técnico de bondades que regala el modelo RB19. Con todo ese paquete, Checo Pérez y Verstappen son reyes en las pistas: toman ventaja cuando el auto está a tope de combustible, porque pueden imponer un ritmo avasallante sin destruir las gomas.
Que George Russell (Mercedes) le haya arrebatado el punto extra de la vuelta rápida a MadMax –desanduvo en los giros finales un duelo de récords con Fernando Alonso (Aston Martin)- solo se explica en que el británico giró la vuelta final con compuesto blando, mientras que el neerlandés y el español circulaban con duros que llevaban el trajín de más de 180 kilómetros de carrera. Leclerc definió la consistencia de Red Bull Racing: “Están en otra liga. La verdad es que en 51 vueltas se hace imposible seguirles el ritmo. La sensación que tenemos es un poco mejor [por el desempeño de Ferrari], pero ellos están lejos y entiendo que no empujaron todo lo que pueden”, relató el monegasco, que completó el podio.
El primer stint terminó por definir al ganador, ese duelo de a dos que estableció la superioridad de Red Bull Racing. La mejor degradación de Checo Pérez invitó a Verstappen a adelantar el pit-stop, una jugada que tuvo el contratiempo del incidente de Nyck de Vries (Alpha Tauri) –en la décima vuelta rompió la suspensión delantera izquierda y quedó detenido en la Curva 6-, situación que provocó la salida del Auto de Seguridad. “El Safety Car fue desafortunado. Intenté mantenerme muy cerca para activar el DRS, pero se sobrecalentaban los neumáticos. Me costó ser consistente, tuve algunas incomodidades con el balance del auto, lo resolvimos en las diez últimas vueltas y fueron muy buenas. Son carreras para aprender y sumar; es un buen resultado para el equipo”, apuntó Verstappen.
“La desgracia de De Vries fue la fortuna de Checo Pérez”, estimó Christian Horner, el jefe de Red Bull Racing, que aseveró que el llamado a Verstappen se hizo porque consideraban que el Alpha Tauri podía retomar la marcha sin la intervención del Auto de Seguridad. El británico halagó la tarea del mexicano y le puso un objetivo: “Fue capaz de abrir una brecha de 3,7 segundos sobre Max, que no se lo tomaba con calma. Es todo mérito suyo. Se destaca en los circuitos urbanos, con Red Bull Racing ganó siempre en callejeros. Es la segunda vez que gana en Bakú; ganó en Singapur, Mónaco, Jeddah… Solo tenemos que ponerlo en marcha en un autódromo, en un circuito normal”, comentó, entre risas.
ChecoPérez conoce lo que es la presión de Verstappen. En la pista, pero también fuera de los circuitos, donde el bicampeón intenta lograr las mejores prestaciones del equipo de Milton Keynes. Los roces internos existieron en el desenlace de la temporada pasada, cuando desde el muro el mexicano no recibió apoyo en el GP de San Pablo, mientras pulseaba con Leclerc por el subcampeonato del Mundial de Pilotos.
En 2023, después del triunfo del tapatío en Arabia Saudita, mantuvieron un tenso diálogo que se desató por la determinación del neerlandés de atacar y marcar en el último giro la vuelta rápida. “Como Max, tengo las oportunidades para ir por el campeonato. Solo tenemos que resolver los problemas, no podemos tenerlos como en Melbourne”, aventuró el ganador, eliminado de la Q1 en la clasificación de Australia, pero que se enseñó como un Ogro de Bakú en el retorno del calendario de la Fórmula 1.
Fuente: La Nación
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