Un día como hoy, 9 de junio de 1870, falleció Charles John Huffam Dickens, uno de los escritores más influyentes de la era victoriana y un crítico incansable de las injusticias sociales. Nacido en 1812 en Inglaterra, Dickens vivió una infancia marcada por la pobreza y el trabajo infantil, experiencias que moldearon su sensibilidad y compromiso literario.
Su obra, que incluye clásicos como Oliver Twist, David Copperfield, Historia de dos ciudades y Grandes esperanzas, combina una narrativa cautivadora con una profunda crítica social, denunciando la explotación infantil, la desigualdad y la hipocresía de la sociedad de su tiempo. Además, fue pionero en la publicación por entregas, acercando la literatura a un público amplio.
La vida personal de Dickens estuvo marcada por altibajos, incluyendo un difícil matrimonio y un accidente ferroviario en 1865 del que salió milagrosamente ileso, experiencia que inspiró su relato de terror El guardavía. Murió a los 58 años por una apoplejía y fue enterrado en la “Esquina de los Poetas” en la Abadía de Westminster, en Londres, en honor a su legado literario y social.
Dickens no solo fue un novelista brillante, sino también un activista social que utilizó su pluma para dar voz a los más vulnerables y transformar la conciencia de su época. Su obra sigue vigente y es leída en todo el mundo, recordándonos la importancia de la justicia social y la empatía humana.