Trabajadores de la Asociación de Reporterxs Gráficxs de la República Argentina (Argra), del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) realizaron este martes un camarazo frente al Congreso, en repudio a la represión policial que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desplegó la semana pasada durante el tratamiento de la Ley Ómnibus.
“Desde aRGra queremos expresar nuestro total repudio a la represión indiscriminada del Gobierno nacional al pueblo argentino que se manifiesta en defensa de los derechos de todxs frente al Congreso Nacional”, señalaron los trabajadores y las trabajadoras de Argra en su convocatoria, donde pidieron poder “trabajar con la ‘libertad’ que paradójicamente pregona” el gobierno de Javier Milei.
“Una vez más, como en 2017, la brutal represión impulsada por la Ministra Bullrich es un ataque directo a lxs trabajadorxs de prensa. Rechazamos los ataques deliberados de las fuerzas de seguridad a lxs reporterxs gráficxs, quienes nuevamente recibimos balas de goma, gases lacrimógenos directo a la cara, golpes. Como consecuencia de esta represión más de 30 trabajadorxs de prensa resultaron heridxs y otrxs tantxs detenidxs”, agregó la asociación.
Sebastian Vricella, integrante de ARGRA y uno de los asistentes al camarazo, explicó a ANRed que la actividad fue pensada como un acto simbólico para repudiar “la represión que venimos viendo por parte del Ministerio de Seguridad y las fuerzas de seguridad”, algo que “no es nuevo, lamentablemente, sino que todo se repite: se repite la misma persona, Patricia Bullrich, 2001, 2017 y ahora”.
“Estamos todos identificados, estamos laburando, somos trabajadores de prensa y no puede ser que en 3 días más de 40 compañeros sufran este tipo de agresión hacia el trabajo”, agregó el fotógrafo, en alusión a las insólitas declaraciones que Bullrich hizo el viernes pasado justificando la represión y pidiendo a los periodistas que tengan “un distintivo” que los identifique.
“Ninguno de nuestros compañeros y compañeras estaba fuera del protocolo, entonces por favor déjennos trabajar, porque esto es inhumano, se parece a otra cosa menos a 40 años de democracia”, cerró Vricella.
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