Hace poco más de un año, los trabajadores de Bridgestone Argentina celebraban un logro histórico: la repartición de millonarias ganancias que reflejaban tiempos de bonanza. Hoy, la realidad es muy distinta. La empresa pidió la apertura de un Procedimiento Preventivo de Crisis, lo que desató la incertidumbre y el temor entre sus más de 1200 empleados.

El pasado 14 de julio, los trabajadores de Bridgestone recibieron una noticia desconcertante: quedarían liberados de sus tareas por una semana. La empresa justificó la decisión como una necesidad para regular los stocks, una medida sin precedente en la legislación laboral. Esta acción fue rápidamente denunciada por el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), que alertó sobre el riesgo de flexibilización laboral y pérdida de derechos.

Días después, el 16 de julio, los empleados fueron golpeados con una nueva sorpresa. Bridgestone envió cartas documento notificando una suspensión por tiempo indeterminado. Paralelamente, la Secretaría de Trabajo de la Nación informaba que la empresa había solicitado la apertura de un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), una movida que podría abrir las puertas a despidos masivos y cambios en las condiciones laborales.

Es inevitable recordar el contraste con la situación de hace un año. En aquel entonces, la rentabilidad de Bridgestone obligaba a la empresa a repartir utilidades entre sus empleados. Se trata de una cláusula única en el país, acordada con el SUTNA en 2001, que estipula que cualquier ganancia superior al 6% de la neta libre de impuestos se distribuirá entre los trabajadores, la producción y el desarrollo de proveedores.

Hoy, esa prosperidad parece un recuerdo lejano. El sindicato denuncia que la empresa busca ahora flexibilizar las modalidades de trabajo, recortando jornadas laborales y eliminando premios. En este contexto, el SUTNA convocó a los trabajadores de Bridgestone a manifestarse frente a la fábrica, exigiendo el cese del lockout y rechazando la apertura del PPC. La Secretaría de Trabajo de la Nación ahora debe evaluar la solicitud de Bridgestone y decidir si aprueba o no el procedimiento.

La crisis del sector de neumáticos

Bridgestone, autoproclamada como la “más grande del mundo” en el sector de neumáticos, argumenta una crisis sin precedentes. Con una capacidad instalada ociosa superior al 40%, la compañía atribuye su situación a una combinación de sobrecarga impositiva y restricciones cambiarias. Además, una caída de la demanda interna cercana al 30% generó en los primeros seis meses de 2024 una pérdida estimada de 30 millones de dólares. Esta crisis no es un caso aislado, sino que se enmarca en un contexto económico desfavorable para muchas empresas argentinas.

Es el caso de Fate, otro importante jugador del sector, que despidió a 97 empleados como parte de un ajuste estructural para adecuar su producción al contexto actual. Este movimiento desencadenó un conflicto con el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) en la planta de San Fernando, Buenos Aires.

A principios de julio, Fate presentó un procedimiento preventivo de crisis (PPC), argumentando que “la persistente falta de competitividad en los costos, sumada a la brusca caída de la demanda interna del 30%, originaron nuevamente fuertes pérdidas desde fines del año pasado”.

Mientras tanto, los trabajadores esperan una resolución que asegure la continuidad de sus empleos y condiciones laborales justas, en medio de una crisis que afecta profundamente al sector.

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