BRIATORE Y ALPINE: UNA MÁQUINA DE PICAR PILOTOS EN CRISIS TOTAL

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Alpine vive una de las crisis más profundas de los últimos años, y lejos de ser el equipo prometedor que mostró destellos el año pasado, hoy se encuentra sumido en la incertidumbre y el descontento.

La llegada de Flavio Briatore, lejos de ser la solución mágica, parece haber acelerado la caída de una escudería que atraviesa problemas estructurales y deportivos. La renuncia del CEO de Renault, la salida de mecánicos clave y un auto que no responde a las expectativas son solo algunos de los síntomas de un malestar generalizado que afecta a todo el equipo.

El A525, el monoplaza de Alpine para esta temporada, está muy lejos de ser competitivo. Con un motor Renault que se ha quedado atrás en potencia y un chasis que no logra encontrar el equilibrio, el equipo francés no logra sumar puntos más que por el esfuerzo individual de Pierre Gasly, el único piloto que ha logrado mantener la dignidad del equipo en la pista. Sin embargo, el verdadero problema está en el segundo auto, que se ha convertido en una especie de “caja negra” donde los pilotos entran y salen sin resultados ni certezas.

Primero fue Jack Doohan, que apenas pudo disputar cinco carreras antes de ser reemplazado, y luego llegó Franco Colapinto, el joven piloto argentino que despertó grandes expectativas en su llegada a la Fórmula 1. Pero la realidad fue cruel: de seis carreras, en dos no pudo siquiera largar debido a fallas graves en el auto. La última carrera en Silverstone fue la gota que rebalsó el vaso. Cambios en la unidad de potencia lo obligaron a largar desde el pit lane con neumáticos duros bajo la lluvia, y cuando intentó cambiar a gomas intermedias, el auto no arrancó por problemas en la caja de cambios, forzando su abandono. En medio de esta debacle, comenzaron a circular rumores sobre un posible reemplazo de Colapinto por Valtteri Bottas, piloto reserva de Mercedes, tras una supuesta consulta de Briatore a Toto Wolff, aunque nada está confirmado.

En Argentina, algunos fanáticos hablan de un “boicot” contra Colapinto, pero no hay evidencia que respalde esta teoría. El problema es claramente técnico y organizativo, y afecta a todo el equipo. La continuidad de Colapinto está en evaluación, pero por ahora parece que seguirá en Alpine al menos hasta el final de la temporada, ya que su contrato es multianual y el equipo prefiere enfocarse en mejorar el auto antes que cambiar pilotos constantemente.

La realidad es que Alpine se ha convertido en una trituradora de talentos y expectativas. La gestión apresurada y poco estratégica de Briatore ha profundizado la crisis, y el verdadero desafío está en reconstruir el equipo desde sus bases. Mientras no se resuelvan los problemas técnicos y organizativos, Alpine seguirá siendo la máquina de picar pilotos del paddock, donde los sueños se diluyen ante la falta de resultados y un proyecto que hoy parece perdido en la niebla.

Con NA.

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