El 11 de agosto de 1936 fue asesinado Blas Infante, arquitecto del regionalismo andaluz y considerado “padre de la patria andaluza”.
Detenido tras el golpe militar contra la II República, su muerte sin juicio a manos de fuerzas franquistas marcó una triste página en la historia española. Su legado intelectual y político perdura, y su figura símbolo la lucha por la identidad y la justicia social en Andalucía.