La crisis económica en Argentina impacta directamente en la provisión de placas patentes para vehículos, generando un atraso de aproximadamente cuatro meses en su entrega.
El Ministerio de Justicia atribuye estas demoras a múltiples factores, entre ellos desperfectos en las máquinas, un aumento en la demanda de inscripciones y la falta de materiales importados necesarios para fabricar las placas. Aunque este retraso no afecta los patentamientos, sí comienza a generar dificultades tanto institucionales como para los usuarios.
En este contexto, el presidente Javier Milei anunció el cierre de la Casa de Moneda, la única entidad autorizada para proveer las placas a los Registros de la Propiedad del Automotor. A pesar de la decisión, hasta que se adjudique una nueva empresa para esta tarea, la responsabilidad seguirá recayendo en Casa de Moneda, que actualmente opera con un número muy reducido de empleados debido a despidos durante la gestión actual.
Para enfrentar la escasez de placas metálicas, el gobierno autorizó el uso temporal de patentes de papel y cartón, que mantienen la misma validez para circular en la vía pública mientras se normaliza la entrega de las placas definitivas. Se espera que para fines de 2025 la situación se regularice con la llegada de patentes fabricadas en China.
Esta problemática se enmarca en un panorama económico más amplio, donde la industria automotriz muestra signos de recuperación tras una recesión, pero enfrenta desafíos como la caída del sector industrial y la salida de marcas históricas, como Nissan, que dejará de producir vehículos en Argentina a partir de 2026. La crisis afecta también la producción y exportación de vehículos, con una reestructuración del sector hacia la especialización en ciertos tipos de vehículos.
En resumen, la crisis económica argentina ha provocado un retraso significativo en la entrega de placas patentes, obligando al gobierno a implementar medidas excepcionales como el uso de patentes provisionales de papel, mientras se busca normalizar el servicio con nuevas fuentes de producción para 2025. Esta situación refleja las dificultades estructurales que atraviesa la industria automotriz y el Estado en el país.