Cada 1° de mayo, el mundo celebra el Día de los Trabajadores y las Trabajadoras, una jornada que honra la lucha por los derechos laborales y la justicia social. En Argentina, esta fecha adquiere un significado aún más profundo cuando se recuerda la resistencia obrera durante la última dictadura militar, un período marcado por la represión, el miedo y la desaparición forzada de miles de personas.
La Resistencia Obrera en Tiempos Oscuros
En 1976, apenas semanas después del golpe de Estado que instauró la dictadura, la Coordinadora de gremios, comisiones internas y cuerpos de delegados en lucha de Capital Federal y Gran Buenos Aires convocó a la resistencia activa de la clase obrera. Un panfleto distribuido por esta Coordinadora, interceptado por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires (DIPPBA) en la estación ferroviaria de Ramos Mejía, denunciaba el aniquilamiento de las comisiones internas, la intervención de la CGT y la derogación de la legislación laboral.
Durante esos años oscuros, miles de trabajadores y trabajadoras fueron perseguidos, secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos. Sin embargo, la fuerza y la unidad del movimiento obrero fueron claves para desafiar al régimen y sentar las bases para la recuperación de la democracia.
El Abrazo de las Abuelas en el Día de la Lucha
Las Abuelas de Plaza de Mayo, símbolo de memoria, verdad y justicia, no solo han luchado incansablemente por encontrar a sus nietos y nietas desaparecidos, sino que también reconocen la importancia de la lucha obrera en la defensa de los derechos humanos. En este Día del Trabajador, las Abuelas extienden un abrazo solidario a todos los trabajadores y trabajadoras que continúan construyendo un país más justo y democrático.
“Desde #Abuelas abrazamos a todos los trabajadores y las trabajadoras en este día de lucha y de conmemoración”, expresan, recordándonos que la memoria y la justicia son pilares fundamentales para la construcción de un futuro mejor.