San Dionisio, papa desde 259 hasta su muerte el 26 de diciembre de 268, nació en Grecia y pacificó divisiones teológicas durante persecuciones romanas.

Su correspondencia con Cipriano de Cartago resolvió disputas sobre el bautismo hereje, estableciendo normas eclesiales duraderas. Canonizado, su pontificado fortaleció la Iglesia ante el emperador Valeriano.

En América Latina, su legado inspira devociones en festivales católicos, recordando la resiliencia cristiana. Hoy, en un mundo secular, su figura evoca la unidad frente a divisiones ideológicas modernas.

Con AFP.

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Por Claudio Gambale

Claudio Gambale 47 años , Periodista de Tres de Febrero.