Federico II, conocido como «Stupor Mundi» por su erudición, nació el 26 de diciembre de 1194 en Jesi, Italia, y gobernó como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1220.
Políglota y protector de las ciencias, fundó la Universidad de Nápoles en 1224 y promovió traducciones árabes de textos científicos, impulsando el Renacimiento temprano. Su cruzada pacífica en Tierra Santa en 1229, negociada con el sultán al-Kamil, evitó derramamiento de sangre y le valió el título de rey de Jerusalén.
Enfrentado a papas como Gregorio IX, quien lo excomulgó múltiples veces, Federico defendió un imperio secular contra el teocratismo medieval. Su corte en Palermo fue un crisol cultural de cristianos, musulmanes y judíos, simbolizando tolerancia en una era de inquisiciones. Murió en 1250, legando un modelo de monarca ilustrado que influyó en pensadores como Dante.