ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL: UNA VIDA DEDICADA A LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PAZ
Adolfo Pérez Esquivel nació el 26 de noviembre de 1931 en Buenos Aires, Argentina. Estudió arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, pero fue su compromiso con la defensa de los derechos humanos lo que lo convirtió en una figura emblemática a nivel mundial.
Desde principios de la década de 1970, se involucró profundamente en movimientos por la paz, la justicia social y la no violencia, fundando en 1973 el periódico «Paz y Justicia». En 1975, fue parte de la creación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, organismo que se convirtió en una pieza clave para enfrentar las dictaduras militares que azotaron América Latina.
Durante la dictadura cívico-militar argentina que comenzó en 1976, Pérez Esquivel fue perseguido, detenido, torturado y sufrió en carne propia las violaciones a los derechos humanos. Fue uno de los sobrevivientes de los llamados «vuelos de la muerte», un símbolo de resistencia frente a la represión brutal. A pesar de este sufrimiento personal, jamás abandonó su compromiso con la defensa pacífica de la libertad y los derechos humanos, siendo un referente no solo en Argentina sino en todo el continente.
En reconocimiento a su trabajo incansable y compromiso con la dignidad humana, en 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz. En su discurso de aceptación, dedicó el galardón a los pueblos de América Latina y, en especial, a los más pobres y vulnerables. Luego del premio, continuó viajando por el mundo denunciando las injusticias y apoyando movimientos sociales, indígenas y obreros. Además, fue fundamental para la creación de organizaciones como Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, que luchaban contra la impunidad y por la memoria de las víctimas de la dictadura.
Su legado se extiende hasta la actualidad, con un compromiso constante en la promoción de la educación para la paz, el respeto a los derechos de los pueblos originarios, y la defensa de la justicia social en condiciones de igualdad. Adolfo Pérez Esquivel representa un símbolo de la lucha no violenta y la perseverancia en la construcción de sociedades más justas y humanas en América Latina y el mundo entero.
