Cada 21 de noviembre se celebra el Día Mundial del Saludo, una efeméride que invita a reflexionar sobre el valor fundamental del saludo como gesto básico de comunicación humana, expresión de cortesía y símbolo de paz. La palabra «saludo» proviene del latín «salutare», que a su vez deriva de «salus», que significa «salud»; por ello, saludar implica desear bienestar y salud al otro, creando un vínculo positivo en la interacción social.
La iniciativa surgió en 1973 gracias a los hermanos Brian y Michael McCormack, estudiantes universitarios en Harvard, quienes propusieron esta fecha para rescatar el hábito del saludo como una forma de fomentar la paz mundial, la amistad y la convivencia civilizada. Para impulsar esta idea, enviaron millas de cartas a líderes mundiales, intelectuales y educadores, logrando el apoyo inicial de quince países y la consolidación del World Hello Day. Desde entonces, este día promueve la importancia del diálogo, la fraternidad y el respeto mutuo en un mundo que enfrenta tensiones y crisis.
El saludo es un acto universal presente en todas las culturas, con diversas formas como el apretón de manos, el beso en la mejilla o la simple palabra «hola». Históricamente ha tenido distintos significados, por ejemplo, entre los romanos se consideró un gesto de buena voluntad que demostraba que no se portaba arma, mientras que en otras culturas el saludo era acompañado de rituales específicos de respeto.
En la actualidad, en tiempos donde las distancias sociales y las barreras de comunicación se incrementan, especialmente durante la pandemia, el saludo cobra un significado renovado para revivir la convivencia humana, reforzar la empatía y combatir la indiferencia. Celebrar el Día Mundial del Saludo es más que un gesto formal, es un llamado a la humanidad para construir relaciones basadas en la cordialidad, la inclusión y la paz cotidiana.