EL PERIODISMO MILITANTE DISFRAZADO DE INDEPENDENCIA: UNA CRÍTICA AL DOBLE DISCURSO MEDIÁTICO

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En su momento, el programa 6,7,8 que se emitió por la TV Pública generó fuertes controversias entre periodistas y sectores opositores por su clara simpatía hacia el gobierno de turno. Lo que muchos criticaban era, en esencia, un periodismo militante: un programa que no ocultaba su línea editorial y que contrastaba discursos opositores con archivos y testimonios, dejando explícito de qué lado estaba. Esa claridad, para bien o para mal, era honesta.

Frente a ese escenario, hoy asistimos a un fenómeno mucho menos transparente en los medios. Los mismos periodistas que cuestionaban aquel “periodismo militante” ahora se dispersan en diferentes canales con una agenda clara: avalan discursos como “No volver al pasado”, “No podemos perder el esfuerzo que se hizo” o promueven explícitamente el voto por Javier Milei. Sin embargo, estos profesionales se presentan como “independientes”, ocultando tras esa fachada su ideología liberal o antiperonista que, en la práctica, guía sus coberturas y opiniones.

Lo paradójico es que, mientras denuncian la militancia ajena, replican la misma dinámica desde un supuesto lugar neutro, lo que genera mayor confusión en la audiencia sobre las verdaderas inclinaciones detrás de sus análisis. Bajo mi mirada, es mucho más honesto y transparente quienes se plantan abiertamente desde una perspectiva política o ideológica, en lugar de quienes realizan una militancia encubierta bajo la máscara de la independencia periodística.

Esta doble vara afecta la credibilidad del periodismo y alimenta la desconfianza social hacia los medios. La audiencia merece claridad frente a la coexistencia de voces diversas, pero no disfrazadas ni plagadas de hipocresía. Reivindicar la honestidad en la expresión ideológica, sin disfraz ni ambigüedades, es un llamado indispensable para fortalecer el compromiso real del periodismo con la verdad y la pluralidad informativa.

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