El 14 de octubre de 1962 marcó uno de los momentos más críticos de la Guerra Fría: la detección por un avión espía estadounidense de bases de misiles soviéticos en Cuba.
Este hallazgo desencadenó la Crisis de los Misiles, un enfrentamiento bélico que puso al mundo al borde de un conflicto nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La tensión diplomática fue máxima; el presidente John F. Kennedy y su par soviético Nikita Jrushchov se vieron forzados a negociar para evitar la guerra.
Este episodio histórico destacó la fragilidad de la paz mundial y la importancia de la diplomacia en períodos de confrontación extrema.