EL GOBIERNO DE MILEI Y EL SWAP CON ESTADOS UNIDOS: MÁS QUE UN RESCATE, UNA COLONIA DE FACTO

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El acuerdo de swap por 20 mil millones de dólares entre Argentina y el Tesoro de Estados Unidos no es un simple rescate financiero ni una operación común de política económica. Es mucho más que eso: implica la pérdida de soberanía y la cesión de control sobre las decisiones monetarias del país.

El «nuevo» vínculo con Estados Unidos que promueve el gobierno de Javier Milei va más allá de las «relaciones carnales» del menemismo, una etapa en la que ya entregamos demasiada independencia y soberanía. Esta vez se configura una colonia de facto, donde las políticas económicas las definen Washington y un ministro de economía ligado directamente a Donald Trump.

El propio acuerdo expresa en su letra chica que la deuda estadounidense busca condicionar a Argentina para cancelar su swap con China o para que Estados Unidos decida qué medidas monetarias debe tomar Luis Caputo. No es casualidad que el país norteamericano tenga ahora un papel casi estatal en el manejo de nuestra economía. Se rifa no solo la administración de recursos, sino también el proyecto nacional y cualquier posibilidad de autonomía.

Aunque Javier Milei sea formalmente el presidente, las decisiones fundamentales quedarán en manos ajenas, con un esquema de subordinación que supera largamente los acuerdos neoliberales de los años 90. No se negocia más con soberanía; se entrega el gobierno real a otro actor internacional, un escenario preocupante que condena a Argentina a ser una colonia moderna sin derechos sociales, sin política económica independiente y sin futuro propio.

Si esta situación se consolida, al próximo gobierno le costará décadas revertir esta subordinación. La idea no es solo claudicar ante Washington, sino impedir que cualquier proyecto político pueda desafiar esta sumisión. De hecho, en el círculo oficialista ya circulan voces y trolls que difunden la narrativa de que mejor aceptar esta colonización antes que permitir que «los populistas» regresen, amenazando con la supuesta llegada de una hiperinflación orquestada si se intentara otro camino.

Argentina no puede volver a la época previa a Perón, sin derechos laborales ni sociales, dependiente y sin voz en el mundo. Más que un rescate, esta entrega es la confirmación del fin de nuestra soberanía.

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