El 13 de octubre de 1917, en Fátima, Portugal, miles de personas presenciaron lo que se denomina el «Milagro del Sol», un fenómeno extraordinario registrado durante las apariciones marianas a tres niños pastores.
Según relatos, el sol parecía bailar, girar y emitir luces de colores ante los ojos de los presentes, atribuido a una señal divina. Este evento es uno de los más emblemáticos en la historia del catolicismo, generando un profundo impacto espiritual y cultural en millones de fieles alrededor del mundo y consolidando a Fátima como un sitio de peregrinación e inspiración religiosa.