El miércoles se vivió nuevamente una jornada de fuerte represión durante la movilización de jubilados en Buenos Aires. Las fuerzas de seguridad, bajo el mando de Patricia Bullrich, realizaron operativos con uso de gases lacrimógenos contra los manifestantes, que reclamaban por sus derechos y mejores condiciones.
Además de la presencia de la fuerza dirigida por Bullrich, la Policía de la Ciudad, bajo la gestión de Jorge Macri, también intervino en el operativo de seguridad. La represión dejó un saldo de más de 10 personas heridas, entre las que se encuentran jubilados que participaron pacíficamente de la marcha.
La situación generó indignación y múltiples denuncias por el uso desmedido de la fuerza, en una nueva jornada de conflicto entre los organismos de seguridad y quienes luchan por reclamaciones sociales.