ARGENTINA Y ESTADOS UNIDOS: LA REPETIDA HISTORIA DE UNA RELACIÓN CARNAL QUE TERMINA EN CRISIS Y ENDEUDAMIENTO

Foto NA

La repetida historia de las “relaciones carnales” entre Argentina y Estados Unidos siempre terminó en crisis económicas profundas y endeudamiento insostenible, una lección que parece olvidarse cíclicamente por los gobiernos de derecha y centro desde la recuperación democrática.

Cada vez que Argentina apostó a ese vínculo privilegiado con Estados Unidos, la “fiesta” prometida de crecimiento económico fue efímera. Los gobiernos postdictadura, desde la Alianza hasta Juntos por el Cambio, mostraron un patrón claro: uso exacerbado del endeudamiento externo para soluciones rápidas, en muchos casos motivados por necesidades electorales, pero sin una estrategia sustentable a largo plazo. Este ciclo vicioso llevó inevitablemente a una crisis de deuda y recesiones profundas.

El caso paradigmático es Luis Caputo, arquitecto financiero de la megadeuda del gobierno de Mauricio Macri. Durante ese período, la Argentina se sumergió en millas de millones de dólares en deuda externa, rápidamente insostenible, que hipotecó el futuro económico del país. Curiosamente, Caputo vuelve a actuar como uno de los principales gestores financieros en el actual gobierno de Javier Milei.

Este último, que desde su rol de diputado y panelista criticó ferozmente los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) calificándolos casi como derrota económica, hoy recurre no sólo al FMI sino que acepta la intervención directa del Tesoro de Estados Unidos en la economía argentina. Un viraje paradigmático que pone en evidencia la dificultad estructural del país para salir del fenómeno del endeudamiento crónico disfrazado de soluciones inmediatas.

Ni la Alianza ni Juntos por el Cambio lograron evitar un final abrupto, arrastrados por la dependencia de la deuda externa. ¿Qué puede hacer pensar que esta vuelta será distinta? La historia indica que el camino que alguien como Luis Caputo recorrió en su momento, y que terminó en colapso, podría repetirse bajo este nuevo contexto, ahora con mayor protagonismo del capital extranjero y la intervención estadounidense directa.

La pregunta al lector queda abierta: ¿son inevitables estas “relaciones carnales” con los Estados Unidos para argentinos o argentinos, o es hora de aprender de la historia y pensar un modelo de desarrollo económico soberano, alejado del endeudamiento recurrente y los pactos que terminan hipotecando el futuro? Parece que sin un cambio estructural profundo, la “fiesta” económica volverá a ser breve y el “pique” inevitable.

Sobre Nosotros