MASACRE DE TRELEW: SANGRE Y MEMORIA DE LA LUCHA POR LA JUSTICIA
La Masacre de Trelew ocurrió en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en Trelew, provincia de Chubut, Argentina. Este trágico episodio involucró el asesinato de 16 jóvenes militantes pertenecientes al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros.
Estos militantes habían sido presos en la cárcel de Rawson y fueron capturados tras un intento de fuga que fue parcialmente exitoso.
El hecho se desarrolló cuando los detenidos fueron trasladados sorpresivamente durante la madrugada a la Base Aeronaval Almirante Zar, donde fueron ametrallados por fuerzas de la Armada Argentina bajo la dirección del Capitán de corbeta Luis Emilio Salinas. Según los testimonios de sobrevivientes, fueron fusilados mientras estaban formados y con las miradas hacia el piso, y algunos heridos fueron rematados. Siete sobrevivieron inicialmente, pero solo tres lograron vivir para contar la historia; estos sobrevivientes fueron luego intervenidos médicamente en Puerto Belgrano. La masacre fue perpetrada durante la dictadura militar conocida como la «Revolución Argentina» entre 1966 y 1973.
Este evento fue concebido desde el gobierno militar de facto encabezado por Alejandro Agustín Lanusse, pero varias versiones indican que la decisión final del fusilamiento fue tomada por autoridades de la Armada sin el consentimiento explícito de Lanusse. La masacre aumentó la violencia política en Argentina y marcó un antes y un después en la represión estatal contra militantes políticos y sociales.
En 2012, el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como responsables de estos crímenes considerados de lesa humanidad.
Entre las víctimas y sobrevivientes se encuentran nombres emblemáticos como Carlos Astudillo, Susana Lesgart y Ricardo René Haidar, este último un sobreviviente que tras el golpe militar de 1976 fue secuestrado y permanece desaparecido.
La Masacre de Trelew simboliza la reivindicación de luchas políticas y la memoria de aquellos que fueron asesinados por sus ideales, siendo un legado presente en actos, cantos y movimientos sociales que aún reclaman justicia y recuerdo de esos jóvenes militantes.
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