El Día Mundial del Orgasmo Femenino se celebra cada 8 de agosto, siendo una fecha dedicada a visibilizar y reivindicar el derecho de las mujeres a disfrutar plenamente de su sexualidad y placer.
Esta jornada tiene su origen en Brasil, específicamente en el municipio de Esperantina, donde el concejal José Arimateia Dantas Lacerda promovió en 2001 la iniciativa como una cuestión de salud pública, tras conocerse un estudio de la Universidad Federal de Piauí que reveló que el 28% de las mujeres de la región no alcanzaban el orgasmo. Este dato evidencia un problema vinculado tanto a la falta de educación sexual como a los tabúes sociales que han condicionado históricamente el placer femenino.
El Día Mundial del Orgasmo Femenino busca romper esos prejuicios y abrir una conversación abierta y sin tabúes sobre la sexualidad femenina. Además, destaca la importancia del autoconocimiento del propio cuerpo para que las mujeres exploren y reconozcan qué les producen placer. También promueve la educación sexual integral y el reconocimiento del placer femenino como un derecho legítimo y fundamental para el bienestar físico y emocional.
Esta fecha ha ganado reconocimiento internacional y se celebra en muchos países del mundo. Por ejemplo, en Noruega se considera un día festivo para fomentar la salud sexual en pareja, mientras que en Dinamarca existe incluso legislación que obliga al hombre a procurar el orgasmo de su esposa, con sanciones en caso contrario.
Además de ser una reivindicación social, el orgasmo femenino tiene múltiples beneficios para la salud, como la prevención de enfermedades mentales, aumento del umbral del dolor y alivio de migrañas, lo que refuerza la importancia de promover una sexualidad plena y saludable.
Para conmemorar este día, se invita a las mujeres a fortalecer su autoestima, a conocer mejor sus cuerpos ya reivindicar su derecho a la felicidad y el placer sexual, luchando contra los tabúes que han invisibilizado esta dimensión durante demasiado tiempo.
