EL MODELO ECONÓMICO DE MILEI ES CON LOS ESTATALES «AFUERA» Y LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO
La administración de Javier Milei ha implementado un plan económico que busca una reducción drástica del Estado, siguiendo un modelo liberal clásico similar al aplicado en la década de 1990 en Argentina.
Este enfoque, calificado por algunos como «liberal libertario» y por otros como un «revival ortodoxo de manual», se centra en el ajuste fiscal, la apertura comercial, la desregulación laboral y las privatizaciones, con una clara subordinación al Fondo Monetario Internacional (FMI). El propio Milei ha expresado que su «desprecio por el Estado es infinito».
Las medidas adoptadas incluyen la reducción del gasto público, la eliminación de la mitad de los ministerios y secretarías, el freno a nuevas obras públicas, el recorte de subsidios y la supresión de transferencias discrecionales a las provincias. Una de las principales herramientas ha sido la «licuadora», mediante la cual se ha mantenido el presupuesto de 2023, haciendo que las partidas presupuestarias pierdan valor frente a la inflación.
El impacto de estas políticas se observa en varios frentes:
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Recorte de personal en el Estado Según datos oficiales del Ministerio de Desregulación, la Administración Pública Nacional ha reducido sus puestos en un 14,4%, y las empresas estatales en un 17,1%, afectando principalmente a la planta permanente[intro]. Se estima que casi 50.000 empleados públicos fueron despedidos durante los primeros 18 meses de la gestión de Milei.
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Ahorro fiscal El Ministerio de Desregulación, liderado por Federico Sturzenegger, ha señalado que la reestructuración generó un ahorro de casi 2.000 millones de dólares anuales. Este monto equivale aproximadamente a la mitad de lo que Argentina debe pagar en julio por vencimientos de deuda, que ascienden a 4.300 millones de dólares.
