MARIO BRAVO: VIDA Y LEGADO DE UN POLÍTICO SOCIALISTA ARGENTINO COMPROMETIDO CON LA JUSTICIA SOCIAL

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Mario Humberto Nicolás Bravo nació el 27 de junio de 1882 en La Cocha, Tucumán. Se trasladó a Buenos Aires para estudiar Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó en 1905 con una tesis sobre Legislación del trabajo, reflejo temprano de su compromiso con la defensa de los derechos laborales.

Desde joven, Bravo se vinculó al Partido Socialista, donde desarrolló una destacada carrera política y periodística. Fue secretario de redacción y luego director del periódico socialista La Vanguardia, desde donde impulsó la difusión de ideas socialistas y la defensa de los trabajadores.

Su carrera legislativa comenzó en 1913 cuando fue elegido diputado nacional, cargo que ocupó hasta 1922 con reelecciones consecutivas. Durante esos años, se destacó por presentar proyectos de ley que promovían la reivindicación laboral, los derechos civiles de la mujer y reformas sociales. Por ejemplo, impulsó la ley de amnistía de 1914 y una ley de divorcio en 1917, además de iniciativas para mejorar las condiciones de los empleados públicos y defender a los sectores más humildes.

En 1923 fue elegido senador nacional y desde esa posición continuó su labor en favor de los derechos sociales. En 1924 logró la sanción de la ley 11.357 sobre derechos civiles de la mujer y leyes para el fomento y régimen de sociedades cooperativas. También presentó proyectos para el voto femenino, demostrando su compromiso con la igualdad de género mucho antes de que estas causas fueran ampliamente aceptadas.

En 1928 realizó una gira por Europa y participó en el Congreso Internacional Socialista en Bélgica. Ese mismo año fue candidato a presidente de la Nación por el Partido Socialista, aunque la elección fue difícil para el socialismo debido a divisiones internas y la fuerte competencia de otros partidos tradicionales.

Tras la Revolución de 1930, Bravo se concentró en su labor periodística, criticando el golpe y analizando la situación política argentina en su libro La Revolución de ellos (1932). Volvió al Senado en 1932 y se destacó en debates sobre control de armamentos y políticas sociales hasta 1938. En 1942 regresó al Congreso como diputado por la Capital Federal, donde continuó su trabajo hasta poco antes de su muerte en 1944.

Además de su actividad política, Mario Bravo fue poeta, narrador y ensayista, con obras como Poemas del campo y de la montaña (1909), Cuentos para los pobres (1923) y Capítulos de la legislación obrera (1925). Su producción literaria refleja su sensibilidad social y compromiso con los sectores populares.

Antes de fallecer, donó su extensa biblioteca a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán, legado que simboliza su dedicación a la educación y al conocimiento.

Mario Bravo es recordado como un político socialista ejemplar, que defendió los derechos laborales, la igualdad de género y la justicia social en una época de grandes cambios y desafíos para Argentina. Su vida y obra siguen siendo referencia para quienes luchan por una sociedad más justa e inclusiva.

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