Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una iniciativa que busca sensibilizar sobre la importancia de combatir la degradación de la tierra y la escasez de agua.
La desertificación afecta a millones de personas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y los ecosistemas.
Este día promueve la gestión sostenible de los recursos naturales y la adopción de políticas para preservar los suelos y garantizar un futuro viable para las próximas generaciones.