En esta fecha, Argentina formalizó el reconocimiento de la independencia de Paraguay, un paso crucial para la consolidación de las naciones sudamericanas tras las guerras de independencia.
Este acto diplomático fortaleció las relaciones bilaterales y permitió a Paraguay afianzar su soberanía en un contexto de disputas territoriales y políticas. La oficialización de esta independencia fue un hito para la estabilidad política y la cooperación en la región, marcando un antes y un después en la historia de ambos países.