El 8 de junio de 1968 fue arrestado James Earl Ray, acusado del asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr.
Este hecho cerró una etapa de incertidumbre y conmoción en Estados Unidos, donde la muerte de King había generado protestas y un profundo impacto social.
El arresto marcó el inicio del proceso judicial que buscó justicia para uno de los episodios más trágicos en la lucha por la igualdad racial en el país.