En la madrugada del 4 de junio de 1989, el Ejército chino reprimió violentamente a manifestantes prodemocracia en la Plaza de Tiananmen, Pekín.
Las fuerzas armadas dispararon contra civiles, causando la muerte de entre 200 y 2,400 personas según distintas estimaciones. Este hecho marcó un antes y un después en la historia contemporánea de China y sigue siendo un símbolo mundial de la lucha por los derechos humanos.