El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, anunció recientemente en sus redes sociales la celebración del décimo aniversario de la cervecería Juguetes Perdidos en el CEDEM 2 de Caseros, un espacio municipal de acceso público.
El evento, organizado por la propia empresa, contará con música en vivo, propuestas gastronómicas y, por supuesto, cerveza artesanal. Sin embargo, la noticia no tardó en generar debate: ¿debe el Estado ceder espacios públicos para celebraciones privadas? ¿Es esto un verdadero impulso al emprendedurismo local o un uso discutible de bienes comunes?
El argumento oficial: impulso al desarrollo local
Desde el municipio, la postura es clara: acompañar a quienes eligen invertir y desarrollar el distrito. En tiempos donde se busca fomentar el empleo y la actividad económica, abrir las puertas del CEDEM 2 para una empresa local exitosa parece una decisión lógica. El evento, según aseguran, es organizado íntegramente por Juguetes Perdidos, y el acceso al predio es público, con aviso previo.
La controversia libertaria: ¿el Estado debe correrse?
No obstante, la decisión choca con el discurso libertario que resuena cada vez más fuerte en la política nacional: “El Estado no tiene por qué hacerse cargo de eventos privados”. Desde esta visión, los espacios públicos deberían reservarse para actividades comunitarias, educativas o deportivas, y no para la promoción de empresas, por más locales y exitosas que sean. ¿No se corre el riesgo de privatizar, aunque sea momentáneamente, lo que es de todos?
El valor simbólico del espacio público
El CEDEM 2 no es solo un predio municipal; es un símbolo de pertenencia y comunidad. Su uso para un aniversario empresarial puede interpretarse como un reconocimiento al esfuerzo emprendedor, pero también plantea preguntas sobre la equidad: ¿todas las empresas tienen el mismo acceso a estos espacios? ¿Qué criterios utiliza el municipio para decidir quién puede celebrar allí?
Un equilibrio necesario
Celebrar el éxito local es importante, pero también lo es garantizar la transparencia y el acceso igualitario a los bienes públicos. Quizás la clave esté en la regulación: establecer reglas claras para el uso de estos espacios, priorizando siempre el beneficio comunitario y la participación abierta.
Conclusión
El aniversario de Juguetes Perdidos en el CEDEM 2 es una oportunidad para reflexionar sobre el rol del Estado en el fomento de la actividad privada y la gestión de los espacios públicos. Más allá de la polémica, el desafío es construir políticas que celebren el esfuerzo local sin perder de vista el interés común. Porque, al fin y al cabo, los espacios públicos son de todos, y su mejor uso es aquel que genera comunidad.