El 29 de mayo de 1919 falleció el aviador militar argentino Benjamín Matienzo, quien intentaba realizar la histórica travesía aérea cruzando la Cordillera de los Andes.
A sus 28 años, Matienzo despegó desde Mendoza en condiciones extremas, pero su avión tuvo que aterrizar de emergencia a más de 4.000 metros de altura.
Sus restos fueron encontrados seis meses después, congelados entre la nieve, convirtiéndose en un símbolo de valentía y sacrificio. Su gesta marcó un hito en la aviación militar argentina y es recordada cada 29 de mayo como un ejemplo de entrega y esfuerzo por el progreso tecnológico y la integración regional.
En su honor, una base aérea lleva su nombre, perpetuando su legado en la historia aeronáutica del país.