Italia y Alemania firmaron el Pacto de Acero, una alianza militar que consolidó el eje fascista en Europa poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Este acuerdo comprometió a ambos países a apoyarse mutuamente en caso de conflicto, fortaleciendo la amenaza totalitaria en el continente.
El Pacto de Acero fue un antecedente clave que marcó el rumbo de la guerra y la política internacional en los años siguientes.