El 19 de mayo de 1895 marcó un hito en la historia de Cuba y América Latina con la muerte en combate de José Martí, una de las figuras más emblemáticas de la lucha por la independencia cubana. Martí, nacido en La Habana en 1853, fue un político, poeta, periodista y pensador que dedicó su vida a la causa de la libertad de Cuba frente al dominio colonial español y a la defensa de la soberanía latinoamericana.
Ese día, en la zona de Dos Ríos, cerca de Palma Soriano, Martí participaba en una acción militar junto a las fuerzas insurgentes lideradas por el General Máximo Gómez. Aunque se le ordenó mantenerse en una posición segura, Martí, impulsado por su compromiso y valentía, se separó del grupo y fue alcanzado por disparos enemigos, falleciendo en el acto. Su cuerpo no pudo ser recuperado inmediatamente, pero fue identificado y sepultado días después en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, donde hoy descansa como símbolo nacional.
Más allá de su rol militar, José Martí fue un intelectual de gran influencia, precursor del modernismo literario en Hispanoamérica y autor de una vasta obra que incluye poesía, teatro y ensayos. Su legado trasciende la literatura, pues fundó el Partido Revolucionario Cubano y fue el artífice de la llamada «guerra necesaria» para lograr la independencia de Cuba. Martí es recordado no solo como un mártir, sino como un visionario que abogó por la justicia social, la unidad latinoamericana y la defensa de los derechos humanos.
A 130 años de su caída en combate, José Martí sigue siendo un faro de inspiración para quienes luchan por la libertad y la dignidad de los pueblos. Su vida y obra permanecen vigentes en la memoria colectiva, recordándonos que la búsqueda de la independencia y la justicia social es una causa que trasciende generaciones. En este 19 de mayo, rendimos homenaje al Apóstol de la Independencia Cubana, cuyo sacrificio selló el destino de una nación libre.