El 18 de mayo de 1875, a las 11:15 a.m., un devastador terremoto de magnitud estimada entre 6.8 y 8.5 Mw sacudió la región fronteriza entre Colombia y Venezuela, con epicentro en la ciudad colombiana de Cúcuta.
Este sismo destruyó casi en su totalidad a Cúcuta, Villa del Rosario y varias poblaciones venezolanas como San Antonio del Táchira y San Cristóbal. Se calcula que dejó entre 1,000 y 2,000 muertos y causó daños irreparables en la arquitectura colonial de la zona. Además, el desastre impulsó la reorganización urbana y la fundación de nuevas poblaciones fronterizas.
Este terremoto es considerado uno de los más catastróficos en la historia de ambos países y un recordatorio de la importancia de la prevención sísmica en la región.