Los rumores sobre la posible renuncia de Luis Caputo como ministro de Economía reflejan las tensiones internas en el gobierno de Javier Milei, donde las diferencias estratégicas con el FMI y la presión cambiaria han creado un escenario crítico.
Mientras el Presidente insiste en mantener el cepo al dólar y descarta una devaluación, el Banco Central (BCRA) quema reservas a un ritmo alarmante: en marzo, las ventas de divisas superaron los US$ 1.600 millones, llevando las reservas a US$ 25.722 millones, el nivel más bajo en dos años.
Caputo, inicialmente alineado con el FMI en la necesidad de un acuerdo para obtener dólares, enfrenta un doble desafío: por un lado, el organismo exige unificación cambiaria y levantamiento del cepo; por otro, Milei prioriza la estabilidad inflacionaria mediante controles, a pesar de que esta estrategia no atrae inversiones ni detiene la fuga de divisas. La reducción del crawling peg al 1%, impulsada por el Presidente, intensificó el atraso cambiario y postergó ajustes necesarios, generando desconfianza en el mercado.
Aunque el gobierno prometió atraer US$ 25.000 millones mediante el blanqueo y acuerdos con fondos como BlackRock, ninguna de estas fuentes materializó el financiamiento1. El Índice de Oportunidades Globales del Milken Institute (2025) ubica a Argentina como el peor destino de inversión en Latinoamérica, con flujos de capital volátiles y dependencia de préstamos intercompañía. Mientras tanto, el acuerdo con el FMI sigue en vilo: el organismo rechazó la solicitud de US$ 10.000 millones de Caputo y ahora se negocia un “puente” sin dinero fresco, que permitiría postergar vencimientos hasta 2026.
El Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI), promovido por Milei, prioriza sectores extractivos sobre la industria, lo que podría profundizar la dependencia de commodities y debilitar la diversificación económica. Además, la salida de dólares de los bancos y la presión sobre los depósitos en moneda dura advierten sobre un posible contagio financiero si no se resuelve la escasez de divisas.
La permanencia de Caputo en el gabinete, aunque respaldada públicamente por Milei, depende de su capacidad para cerrar un acuerdo con el FMI y revertir la sangría de reservas. Sin embargo, la inflexibilidad cambiaria del Presidente y la falta de confianza en el mercado sugieren que el modelo actual es insostenible. La combinación de cepo, déficit comercial y ausencia de inversiones podría llevar a una crisis de liquidez si no se implementan ajustes estructurales, más allá de los parches coyunturales.