EL USO POLÍTICO DE LA INSEGURIDAD EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Foto Miperiodico

La inseguridad en la Provincia de Buenos Aires (PBA) ha vuelto a convertirse en un tema candente en la agenda política, especialmente en el contexto de un año electoral. Sin embargo, detrás de cada tragedia, se observa un uso político flagrante por parte de la oposición, que busca responsabilizar al gobernador Axel Kicillof por la falta de seguridad en la región.

Políticos como Santilli, Espert y Valenzuela, aspirantes a gobernadores por La Libertad Avanza, han sido vociferantes en sus críticas hacia Kicillof. A menudo, estas críticas no se basan en propuestas concretas para mejorar la seguridad, sino en una estrategia electoral que busca erosionar la imagen del gobernador. La oposición utiliza cada muerte como un trampolín para lanzar ataques políticos, sin ofrecer soluciones efectivas para abordar el complejo problema de la inseguridad.

La PBA, con casi 17 millones de habitantes, es una de las regiones más pobladas del país. Si realmente fuera la más insegura, como sugiere la oposición, los índices nacionales de delincuencia deberían reflejarlo. Sin embargo, la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, afirma que los robos y hurtos han disminuido a nivel nacional, lo que contradice la narrativa de que la PBA es el epicentro de la inseguridad.

Lo más preocupante es que, lejos de centrarse en las víctimas y sus familias, la oposición elige utilizar sus tragedias como munición política. Mientras los familiares buscan respuestas y justicia, los políticos se benefician electoralmente de su dolor. Este enfoque no solo es inmoral, sino que también desvía la atención de las verdaderas causas y soluciones para la inseguridad.

La inseguridad es un problema que requiere una acción coordinada entre todos los niveles de gobierno y la sociedad civil. En lugar de usarla como arma política, es necesario abordarla con seriedad y propuestas concretas. La colaboración entre las fuerzas de seguridad, los intendentes y el gobierno provincial es crucial para implementar políticas efectivas que reduzcan la delincuencia y mejoren la calidad de vida de los bonaerenses.

En resumen, el uso político de la inseguridad en la PBA no solo es cínico, sino que también obstaculiza el camino hacia soluciones reales. Es hora de que los políticos dejen de lado sus intereses electorales y trabajen juntos para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.

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