Se vivieron horas de mucha tensión. El gobierno a través de la Federal impedía el ingreso de docentes y trabajadores y también que salieran de la institución.
La rectora Cristina Caamaño había quedado encerrada en la universidad. Por la tarde, luego del repudio que despertó la noticia y de una concentración en la puerta del edificio, la policía se retiró del lugar.